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“Oedipus, El Rey” La adaptación chicana en los ojos de una mexicana

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“Oedipus, El Rey”

La adaptación de la tragedia griega por el dramaturgo chicano Luis Alfaro en los ojos de una mexicana

Articulo by Alejandra Enciso Guzmán

El San Diego Repertory Theatre se encuentra celebrando su temporada 39. Tras la misión de producir teatro íntimo, exótico y provocativo, la compañía ha seguido esta encomienda con mayor apego en sus últimas producciones. “Oedipus, El Rey” es el montaje que se está presentando actualmente bajo la dirección de Sam Woodhouse.

En el año 430 A.C, el dramaturgo griego Sófocles escribió una de las grandes tragedias en la historia, “Edipo, Rey”, la historia de un rey cuyo destino desde que fue engendrado, sería el asesinar a su padre y contraer nupcias con su madre. La adaptación de Alfaro es con tintes contemporáneos y californianos. Pues transforma los lares griegos en barrios chicanos y los textos contienen términos ‘apochados’ con frases en inglés entrecortadas por palabras en español. Edipo representado por Lakin Valdez, en esta historia es un ex-presidiario que busca hacerse un nombre y una reputación fuerte en las calles de Los Ángeles.

Hay varios puntos a tratar con esta adaptación: A lo largo de la pieza se desprende una coreografía delicadamente diseñada, misma que da ritmo al curso de la historia. Entre sonidos de celdas abriendo y cerrando se alcanzan a distinguir una serie de reclusos que hacen la formación del día para llevar a cabo sus actividades dentro de la cárcel. El escenario hace referencia en aspecto y forma al calendario azteca matizado con pilares tipo Partenón (griego). Una gran idea para plasmar el híbrido de Alfaro. El matrimonio conformado por Layo (Leandro Cano) y Yocasta (Mónica Sánchez) está esperando a su primogénito; cuando Layo recibe la premonición de uno de los brujos del barrio, que el bebé por nacer está destinado a matarlo, Layo decide adelantarse y mandarlo matar una vez que nazca. En esta adaptación, hay una mezcla de personajes; Tiresias (Matt Orduña) es uno de los fieles servidores de Layo a quien se le encomienda el asesinato de Edipo y, el padre adoptivo de éste. Al no atreverse a llevar la voluntad de su ‘patrón’, Tiresias se queda con el crío a quien Layo le corta un pie para que no regrese en espíritu a condenarlo. Edipo desde chiquillo apodado el ‘Patas Malas’, vaguea y en sus tinglados asalta un ‘Costco’ hazaña que lo lleva a la prisión. Tiresias roba una serie de mini-mercados ‘Seven-Eleven’ para poder criar a su hijo desde el penal.

Años después, una vez cumplida la sentencia, Edipo sale con sed de poder y renombre. Tiresias le regala un Honda modelo ochentero para iniciar con ‘pedal’ derecho la recién adquirida libertad. En la primera manejada se hace de palabras en la calle con un hombre mayor, quien le amenaza y lo provoca. Edipo pierde la cordura y lo mata. Al buscar ayuda para trabajar y hacerse de una nueva vida, Edipo se reencuentra con su compañero de cárcel, Creonte (Jorge Rodríguez) quien trabaja en el negocio de su fallecido cuñado. Edipo le pide estancia y trabajo a lo que Creonte acepta advirtiéndole que será solo por una semana y que su hermana es asunto prohibido. Nulo caso hace el joven a las advertencias, al conocer a la madura Yocasta.

La viuda entre la tristeza por la muerte de su marido y la desaparición de su hijo, deposita su confianza en el joven y comparte su historia. Como es que llegó a Los Ángeles cruzando de ilegal desde Sonora junto con sus padres y hermanos, hasta los brazos de Layo. Una vez bajada la guardia, decide enseñarle al impetuoso jóven los caminos no solo de la vida, sino del negocio familiar, de los placeres carnales y…del amor. Los integrantes del coro Spencer Smith y Dave Rivas quienes al unísono fungen de narrador en la historia, también interpretan los papeles de compañeros de cárcel de Edipo, al igual que los sacerdotes. Entrelazando participaciones alternas con Matt Orduña y Leandro Cano. Tanto el coro como los compañeros de celda y los sacerdotes, hablan con acento estilo chicano en combo con el acento tipo Este de Los Ángeles en donde radican gran parte de los inmigrantes mexicanos.

El ritmo de la obra comienza muy bien con la coreografía de las celdas como lo menciono al principio de la reseña. Sin embargo, éste va subiendo y bajando al irse integrando los miembros del elenco hasta que topa en la escala más baja. La escena del incesto, ícono de esta historia, se representa de una forma muy sensual con desnudo total cuidado entre sábanas de seda y movimientos delicados. Creonte en esta plataforma es amante del agua de horchata lo cual además de gracioso, acentúa el perfil cínico. La interpretación por parte de Jorge Rodríguez es atinada aunque por momentos, se percibe forzada. Matt Orduña en el papel de Tiresias está al calce. Desde la forma de caminar con el bastón para invidentes, hasta las tonalidades ‘paternales’ que utiliza, conforman un trabajo redondo. Mónica Sánchez, se percibe incómoda durante el montaje. Desde que entra como la esposa de Layo, hasta el final que descubre el incesto, la lectura fue floja.

Como fronteriza, veo el punto de Alfaro por llevar un clásico a otro tipo de públicos y combinarlo en su idioma. Usando modismos y anglicismos porque realmente esta obra, no es bilingüe. Tiene palabras perdidas en español entre los diálogos. Entonces, lanzo la pregunta ¿El fin de esta adaptación es lograr una identificación a través de uno de los grandes clásicos con la población inmigrante mexicana de Estados Unidos? Y la segunda ¿Por qué siempre recurrir al discurso de barrio, de cholos y de pochismos? Entiendo la premisa. Lo que no entiendo es porque se sigue usando una y otra vez. Me parece que ese discurso está agotado. La migración, el barrio, la pobreza, las minorías. Temas que están y han estado sobre la mesa desde siempre. La comunidad mexicana tiene muchos otros tintes más allá del de inmigrante ¿Por qué no explorarlos? Y con esto voy con Lakin Valdez quien crea y entrega a un Edipo bronquero con mirada fuerte y penetrante, sello de sus interpretaciones. Valdez, representa un apellido con mucha historia en el mundo histriónico de México y Estados Unidos. En cuanto a las tablas, me vienen a la mente tres obras en las que él ha participado en los últimos cinco años. Zoot Suit, El Henry y ahora Oedipus, El Rey. Un hilo conductor que trata con diferentes escenarios, el mismo tema…

El papel picado y el bordo, son parte de las muchas, muchas capas que conforman a las sociedades tanto latinas como mexicanas (porque no son lo mismo). Hago la invitación a que se exploren otros temas de representación y montaje que dejen atrás y superen este estereotipo añejado. El talento y el potencial son innegables, hay que retar a ese latente alcance potencial, ya es hora.

Oedipus, El Rey se estará presentando en el Lyceum Stage hasta el domingo 29 de enero. Los boletos oscilan entre los 47 y 57 dólares. Hay varios eventos programados para complementar la experiencia de la obra. Para mayor información favor de ir a este enlace: http://www.sdrep.org/surround-events

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